En la actualidad, con la información disponible apenas a un clic de distancia, las personas que más destacan son aquellas que han desarrollado algo más que la acumulación de ciertos saberes. Se trata de las habilidades blandas o soft skills, en inglés.
Tanto para actividades diarias como para la interacción en la vida profesional, la diferencia está en habilidad y competencias que van más allá del saber. De hecho, muchos centros educativos mundiales ponen foco en el desarrollo de esas capacidades.
Es que haber estado expuesto a este tipo de competencias desde edades tempranas puede aportar innumerables beneficios. En este post te contamos qué son las habilidades blandas y cómo incorporarlas en el currículum oculto de tu institución educativa.
Contents
Qué son las habilidades blandas
Las habilidades blandas son aquellas características o atributos que nos permiten relacionarnos de mejor manera con otras personas.
A diferencia de las llamadas habilidades duras, que consisten en los conocimientos técnicos, las habilidades blandas están relacionadas con los modos de desenvolvernos en la vida y en la relación con otros.
Asimismo, las habilidades blandas son capacidades que poseemos y que podemos utilizar en cualquier ámbito. Las habilidades blandas se pueden adquirir y desarrollar a lo largo de toda la vida, tienen que ver con el crecimiento emocional de las personas.
Tipos de habilidades blandas y ejemplos
La de las habilidades blandas no es una lista cerrada ni en la que todos coinciden. Sin embargo, puede decirse que la comunicación, la empatía y la asertividad son los pilares sobre los que se nuclean todas las demás.
A continuación, haremos mención de aquellas habilidades blandas y algunos ejemplos de competencias donde se manifiestan que resultan fundamentales para la vida académica y escolar.
Las habilidades blandas y las competencias interpersonales pueden ser desarrolladas y fortalecidas a lo largo de toda la vida.
Los conceptos de habilidades y competencias por momentos se cruzan. Se retroalimentan y se manifiestan a lo largo de toda la vida. Como tal, las habilidades y competencias pueden ser aprendidas y desarrolladas.
Veamos, entonces, diez habilidades y algunas competencias que las ejemplifican en la práctica.
1. Trabajo en equipo
Considerada una habilidad en sí, en la práctica se manifiesta de diversas maneras. Algunos ejemplos de trabajo en equipo aparecen en capacidades como:
- Comunicación
- Escucha
- Tolerancia
- Organización
- Resolución de conflictos
Se trata, sobre todo, de entender que uno forma parte de algo mayor así, que nos trasciende y nos enriquece.
2. Comunicación
Es una habilidad que aporta efectividad a la hora de transmitir mensajes. Se refiere al contenido del mensaje, la claridad, el orden de la exposición, así como al modo y el tono con el que se lo transmite. Incluye las siguientes competencias:
- Escucha activa
- Simpatía (sobre todo con respecto a quien no comparte el punto de vista)
- Confianza
- Negociación
3. Manejo del tiempo
Habilidad blanda muy importante para la vida de las personas, sobre todo porque pone de manifiesto que hay un respeto por los tiempos personales y del otro. Las personas con esta habilidad tienen competencias manifiestas para:
- Fijar objetivos
- Gestionar de recursos
- Delegar
- Tomar responsabilidades
4. Resolución de problemas
Indispensable para el desarrollo de las personas, en un mundo cambiante y con pocas certezas, en la práctica se traduce en competencias como:
- Capacidad de análisis
- Creatividad
- Experimentación
- Innovación
5. Creatividad
Es la capacidad de innovar con las ideas, aplicar aprendizajes a situaciones inéditas para resolverlas con nuevas propuestas. Como competencia, se articula con:
- Comunicación
- Resolución de problemas
6. Liderazgo
Es la habilidad que permite que una persona guíe e inspire en su camino a otras personas. Está compuesta por una serie de competencias variadas, entre ellas:
- Comunicación
- Persuasión
- Análisis
- Toma de decisiones
- Manejo del tiempo
- Responsabilidad
- Creatividad
7. Organización
Esta habilidad permite sacar el máximo provecho de las situaciones y contingencias que se le pueden presentar a una persona. Ejemplos de competencias que potencian la habilidad son:
- Colaboración
- Delegación
- Creatividad
- Gestión de tiempo
8. Inteligencia emocional.
Es la habilidad de empatizar con los demás al comunicarse o relacionarse con otros. La inteligencia emocional tiene que ver con la capacidad de reconocer las propias emociones, pero también con distinguir las de los otros. Algunas competencias inherentes a esta habilidad son:
- Autoconocimiento
- Empatía
- Comunicación
- Autocontrol
9. Toma de decisiones
Indispensable para cualquier persona, es la forma de demostrar que crecemos y aprendemos de la experiencia. Algunos ejemplos de competencias que se ponen en práctica con ella son:
- Trabajo en equipo
- Análisis
- Confianza
10. Manejo del estrés
Esta habilidad está conformada por la capacidad de afrontar situaciones difíciles de la mejor manera posible. Algunas competencias necesarias para el manejo del estrés son:
- Gestión de tiempo
- Toma de decisiones
- Inteligencia emocional
- Creatividad
- Actitud positiva
Situación actual de la educación en materia de enseñanza de habilidades blandas
Aunque en la actualidad cada vez son más requeridas las habilidades blandas, las currículas oficiales suelen dejarlas de lado. Se da por sentado que se aprenden, simplemente, de la vida.
Sin embargo, las habilidades blandas y las competencias en las que se manifiestan no nos vienen dadas de antemano. En ese sentido, las instituciones educativas pueden promover espacios y actividades que permitan desarrollar estas habilidades y aprenderlas, de ser necesario.
La importancia de las habilidades blandas en la educación
Psicólogos y expertos en educación consideran la necesidad de enseñar habilidades blandas, una forma de internalizarlas de manera natural. El psicoanalista Jorge Catelli señala que la preocupación por las soft skill surgió en USA, a mediados de los años 70 y a partir de la observación de las tropas.
El interés por las habilidades blandas surgió en EEUU, a mediados de la década del 70: psicólogos y analistas observaron que los soldados con mejores habilidades sociales respondían mejor frente a aquellos con mejor manejo de la artillería.
Pronto advirtieron que los soldados que mejor respondían a los duros entrenamientos no eran los que tenían mayor conocimiento en el manejo de las armas. Por el contrario, eran habilidades para el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución de problemas lo que hacía la diferencia.
La educación más tradicional se centraba en la enseñanza de habilidades duras como el contenido, pero en la actualidad se está buscando cambiar esto. Ya sabemos que el mayor desafío que enfrentan las instituciones educativas es enseñar a aprender y ofrecer espacios de inclusión.
Por lo cual, empezar a enseñar de forma transversal las aptitudes que conforman las habilidades blandas acerca a ese objetivo: que los estudiantes aprendan a aprender y desarrollen habilidades interpersonales.
¿Por qué tu institución educativa debería promover la enseñanza de las habilidades blandas?
Promover la enseñanza de las habilidades blandas es una manera de formar personas con mayores herramientas para su vida futura. Al poder ser aplicadas en todos los campos de la vida, estas habilidades son invaluables y allí reside su importancia.
La educación en habilidades blandas puede significar una segunda oportunidad para aquellas personas que, por diversas razones, no han desarrollado habilidades interpersonales desde la crianza.
¿Cómo puedes enseñar a desarrollar habilidades blandas?
Desde los ámbitos educativos se pueden favorecer experiencias que expongan a los estudiantes frente a la necesidad de implementar y desarrollar no solo las habilidades blandas, sino también las competencias que ellas requieren.
Juegos y distintas dinámicas de intercambio personal son vías privilegiadas. Pero también ofrecer lecturas, experiencias de intercambio con otros estudiantes o participar de charlas motivacionales son formas de educar sobre competencias interpersonales.
Al no estar específicamente presentes en la currícula, es una realidad que surgen dudas sobre cómo abordar estos temas. Sin embargo, el mercado ofrece una amplia formación de posgrado en material y la preocupación por las soft skill está cada vez más presente en universidades y profesorados.
Es probable que en poco tiempo veamos cómo el personal docente se capacita de forma transversal en aprendizajes que involucran estas habilidades, en articulación con el resto de los contenidos de la currícula.
Conclusión
En el siglo XXI, las habilidades blandas toman un rol protagónico entre las características que se buscan en una persona. Sirven tanto para la vida del día a día como para la búsqueda de trabajo en un futuro.
Trabajarlas desde los ámbitos educativos supone un plus de valor a la vez que favorece el objetivo final de la educación en esta era de la información y el conocimiento: aprender a aprender.
Con los contenidos a un clic de distancia, el empoderamiento de las personas pasa por qué se hace con ese contenido y de qué modo se lo aprovecha en favor de la comunidad. Las escuelas e instituciones educativas cumplen un rol fundamental, en ese sentido.
Con un personal docente capacitado y entrenado, los contenidos pueden ser fácilmente adaptados a la enseñanza de habilidades duras y blandas, de manera simultánea.
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