La noción de entorno personal de aprendizaje (Personal Learning Environment o PLE, por sus siglas en inglés) parte de la idea de que las personas aprendemos a lo largo de toda nuestra vida, no solo durante una etapa puntual. Y lo que lo convierte en algo personal es, justamente, que concierne a cada uno como individuo.
Sin embargo, ninguna persona está sola, sino que nace y se desarrolla en una sociedad. Este entorno social es el que habilita determinadas fuentes como entramados de privilegio para el aprendizaje.
A lo largo de las épocas, siempre hubo un entorno socialmente habilitado a partir del cual se entendía que se debía aprender, como así también una figura que impartía el conocimiento En las tribus fueron los ancianos, les siguieron los pedagogos y, con el advenimiento de los libros, las fuentes de saber se ubicaron en las bibliotecas.
Ahora bien, la llegada de la Internet 2.0 y los más recientes desarrollos en inteligencia artificial han cambiado las cosas, y obligan replantearse lo que es aprender y cuáles son los entornos donde ocurre el aprendizaje. De ese cambio nos ocuparemos en el presente artículo.
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¿Qué es un entorno personal de aprendizaje (EPA) o personal learning environment (PLE)?
Como señalamos, el valor del aprendizaje ha estado históricamente asociado con un contexto que resulta estimulante. En este sentido, ciertos entornos sociales y determinadas relaciones vinculares se destacaron como fuentes privilegiadas para el aprendizaje.
La noción de Entorno Personal de Aprendizaje (EPA) surge en 2001 en Gran Bretaña, a partir de la idea de desplazar la centralidad del docente y la institución hacia los estudiantes y los primeros entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje.
Esta prioridad que se les otorgaba a unas fuentes por encima de otras resultaba de un entramado social. Es decir, las fuentes de aprendizaje asumían un cierto valor a partir del reconocimiento social que se les atribuía.
En la actualidad, sin embargo, con la masificación de Internet en general y el uso de las redes sociales en particular, quedó en evidencia que las personas aprendemos siempre y de los modos más variados.
La definición clásica de entorno personal de aprendizaje (EPA o PLE, por sus siglas en inglés) pertenece a Adell y Castañeda. Lo definen como el conjunto de herramientas, fuentes, conexiones y actividades que las personas utilizamos para aprender.
El EPA no es una metodología, no es un modelo, no es una plataforma. Es un modo de relacionarnos y de aprender con las tecnologías de la comunicación y la información puestas a nuestro servicio, e implica que nos preguntemos cómo aprendemos.
¿Qué incluye un entorno personal de aprendizaje?
- la información que una persona consulta;
- la relación que la persona tiene con esa información y, a su vez, la relación entre esa información y cualquier otra que consulte;
- las conexiones que realiza con otras personas, aquellas con las que podría tener intereses en común a largo plazo;
- los mecanismos que le permiten reelaborar la información y reconstruirla como conocimiento, tanto dentro de una reflexión personal como en la etapa de entretenimiento o de ayudar a otros a reflexionar.
El PLE requiere de aprendices formados, con un pensamiento crítico suficiente para no caer en el río y dejarse llevar por la corriente. En este sentido, no se trata de seguir una moda sino de instalar un recorrido personal, que como tal puede ser validado, evaluado y corregido, según se necesite.
Beneficios de crear un entorno personal de aprendizaje
Los desafíos actuales del mercado laboral incluyen, cada vez en mayor medida, las llamadas habilidades blandas. Entre ellas, la innovación, la creatividad y la adaptabilidad a los cambios son fundamentales.
En un contexto cambiante y de gran incertidumbre, se requiere de una maleabilidad suficiente como para enfrentar los cambios e imprevistos. Es importante no entrar en crisis ni sentirse agobiado por situaciones que desconciertan o a las que se percibe como fuera de control.
En este marco, un entorno personal de aprendizaje posibilita:
- la especialización en áreas de interés profesional y personal;
- el mantenimiento del foco en las necesidades de aprendizaje que surjan a partir de lo establecido por los desafíos del sector o campo de estudio y el contexto social en general;
- la incorporación de herramientas, habilidades y desarrollos que potencian, optimizan y cualifican el desarrollo profesional.
Estos son algunos de los beneficios asociados al diseño y la implementación de un entorno personal de aprendizaje. Para saber cómo desarrollarlo, puedes guiarte por los siguientes pasos.
Pasos para desarrollar un entorno personal de aprendizaje
Hay muchos modos de implementar un PLE. En esta ocasión, te acercamos la propuesta de Harold Jarche, un consultor canadiense especialista en aprendizaje, innovación y trabajo colaborativo. Su visión se resume en tres conceptos clave: buscar, sentir y compartir.
- Buscar significa activar las inquietudes en favor de los espacios, personas, contenidos que resulten de interés. Se trata de tejer una red que realmente enriquezca y aporte información de valor en relación con el campo de estudio.
- Sentir implica dar sentido a la información a partir de las experiencias personales: mis inquietudes, los aspectos que deseo desarrollar, la manera en que puedo poner en práctica eso que aprendo.
- Compartir, finalmente, alude a intercambiar recursos con nuestra red personal de contactos. Implica, también, poner en práctica y retroalimentar aquello que se ha aprendido y que vuelve renovado por el punto de vista del otro.
Pero ¿cómo concretar un plan como este?
Establecer el enfoque y las áreas de interés
Es necesario definir un área de interés a partir de un máximo de 3 o 4 temas claves, nodales. Este paso es importante, porque pese a la superespecialización de algunos estudios, ya nadie duda del valor de la interdisciplinariedad.
El PLE se configura a partir de las habilidades sociales, culturales y experienciales que el aprendiz debe habilitar, a la vez que está determinado por el acceso a tecnologías y recursos.
No se trata de saber todo, sino de sumar nuevos enfoques, experiencias y puntos de vista que enriquezcan la mirada inicial. Tomemos un ejemplo: si tu campo de acción profesional es la administración escolar, es probable que sumar metodologías ágiles, gestión de equipos o herramientas para el teletrabajo sea una buena idea.
Fijar los objetivos
Luego de identificar nuestras áreas de interés, será importante el tiempo y el espacio que le dediquemos a su aprendizaje. Objetivos realistas respecto de cuánto, cómo y dónde aprender favorecen la implementación del PLE.
Siempre es preferible establecer objetivos acotados, que realmente se puedan cumplir, antes que fijar metas muy ambiciosas. A estas últimas no se les puede dar seguimiento, ya sea por falta de tiempo, de recursos, o porque no se adaptan a nuestra vida cotidiana.
Si tus intereses apuntan hacia el aprendizaje de estrategias para la conducción de equipos o, quizá, hacia la transformación digital en el sector de la educación, quizás puedas disponer de un tiempo de lectura semanal dedicado a esos temas.
Para ello, busca información en sitios web de universidades y gacetillas del sector y accede a material descargable gratuito, como el ebook “Educación Digital Summit 2021 – RD Station” que RD Station comparte a través de Aulicum.
Seleccionar el método y la información
La calidad de los recursos, de la información y de los sitios donde la extraemos no es un aspecto menor. Implementa acciones de selección y búsqueda que te aseguren la mejor información disponible en relación con tus objetivos, intereses y recursos.
Cada entorno personal de aprendizaje es único. Por lo tanto, aplicar filtros, seleccionar y quedarte con lo que resulta más adecuado para tus intereses es parte de la estrategia para su diseño e implementación.
Compartir conocimientos e ideas con tu red personal o profesional
Por último, la socialización es parte constitutiva de un PLE. Desde este enfoque, todos somos maestros y aprendices de algo. Así, siempre podremos nutrir nuestra red profesional compartiendo conocimientos, ideas, resultados de búsquedas y nuevas herramientas con otros.
Intenta sostener vínculos profesionales con asociaciones de interés, lee newsletters o revistas especializadas y participa en grupos de redes sociales específicos sobre una temática.
La participación en grupos de interés no solo permite el intercambio de información valiosa sino que, bien gestionada, habilita discusiones y traspaso de ideas novedosas.
Con pequeñas actividades, puedes mantenerte activo en redes colaborativas a fin de compartir experiencias, conocer a otros profesionales y estar al día respecto de las publicaciones y los avances específicos del campo.
Conclusión
Sin duda, el enfoque propio de los entornos personales de aprendizaje abre un mundo de posibilidades. Frente al uso mecanicista y utilitario de las TIC, el PLE habilita un modo único y personal de acercarse a la formación continua.
Como dijimos, el PLE expande las posibilidades del desarrollo profesional y personal a partir de recorridos únicos, capaces de poner en tensión las diferentes facetas que hacen a una persona.
No hay límites para seguir aprendiendo, menos cuando la tecnología pone a nuestra disposición todo un abanico de herramientas y posibilidades para mantenernos actualizados y prestos a aplicar los cambios que la sociedad demanda.
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